En aquel sesenta y cinco,
dos de mayo conector,
dos escuelas se enfrentaban,
la del Flaco y el Doctor.
Entre “pinchas” y “bosteros”
dos a dos sin hacer bardo;
pica-pica con los cortos,
Menotti vs. Bilardo.
Buena técnica y pegada
la del César en la cancha;
se plasmaba ya su idea,
la pelota no se mancha.
Gladiador muy obediente,
daba todo en la gramilla,
de ganar, con gran trabajo,
el Doc ponía su semilla.
En el campo empate justo,
pero hubo un ganador,
pues el fútbol argentino
se merecía un Salvador.
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